Sunday, April 15, 2012

Moderna versión de ópera "La Traviata" cierra temporada lírica vía satélite del Metropolitan



Fotos: Natalie Dessay, La Traviata

Johnny Teperman

Con la popular ópera "La Traviata" de Giuseppe Verdi, en una moderna puesta en escena del director alemán Willy Decker, se completó la tarde del sábado 14 la temporada lírica 2011-2012 del Teatro Metropolitan Ópera House de Nueva York, que llegó a Chile vía satélite, en sistema H.D. en directo, al Teatro Nescafé de las Artes. La obra de Verdi, con el famoso "Brindis" del primer acto, hermosas arias y dúos, tuvo la dirección orquestal a cargo del maestro italiano Fabio Luisi, mientras que el elenco de cantantes destacó, en gran medida, las voces de la gran soprano francesa Natalie Dessay (Violetta Valéry), el tenor estadounidense Matthew Polenzani, quien en el año 2005 estuvo en el Teatro Municipal cantando "Cosi fan tutte" de Mozart (Alfredo Germont) y el barítono ruso Dmitri Hvorostovsky (Giorgio Germont). Decker concentra todo el interés en el drama de los protagonistas y trae la escena del siglo XIX a la actualidad. Él ya triunfó plenamente cuando presentó "La Traviata" en Salzburgo, Austria, el 2005, con Anna Netrebko y Rolando Villazón, éxito que se repitió el Año Nuevo del 2011 en el propio Metropolitan, con el Alfredo Germont de Polenzani y la rusa Marina Poplavskaya, como una brillante Violeta Valery. La escenografía es muy sencilla: apenas un muro blanco de suave curva al fondo de la escena, y un reloj que es todo un símbolo del paso del tiempo para la frágil vida que le resta a la protagonista e incluso se convierte en la mesa de juego durante la parte final de la ópera. Con Alfredo y Germont, esta versión utiliza un vestuario de etiqueta, que es el mismo para el coro y personajes secundarios que en escena se comportan como una muchedumbre anónima, mientras que Violeta deslumbra vestida siempre de rojo. El experimento podría caer en la monotonía, ahí el riesgo que asume Decker.
Pero eso no ocurre. Todo lo contrario. El riesgo que corrió el director de escena germano, del cual salió vencedor, ha conseguido para éste alabanzas de los críticos, pero creemos que el público operático sin duda está dividido y un buen porcentaje de los asistentes santiaguinos quedó, al menos, desconcertado. La gran vencedora en esta ocasión ha sido Natalie Desay, sin duda, quien, a pesar de convalecer de una enfermedad, se sobrepuso a un discreto primer acto, para arremeter con todo en una brillante performance en los actos segundo y tercero y lucir plenamente tanto en lo vocal como en lo teatral.Muy bien el Germont del ruso Hvorostovsky , con prestancia y dominio escénico y voz impecable. El Alfredo de Polenzani, correcto, aunque fisicamente se ve algo macizo para su rol de galán. 

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